Conjunto de células especializadas de los seres vivos complejos que asegura la coordinación de las actividades de los diversos aparatos y sistemas del organismo así como la relación del organismo con el exterior.
La base del sistema nervioso es el transporte de estímulos por unas células, las neuronas, desde un punto a otro. Las neuronas poseen dos propiedades que permiten este transporte de estímulos: la excitabilidad y la conductibilidad. Excitabilidad es la propiedad de presentar grandes cambios del potencial eléctrico de reposo transmembrana y producir potenciales de acción. Conductibilidad es la capacidad de transportar el potencial de acción generado en la zona somática de la neurona (dendritas o soma neuronal) a través del axón hasta el bulbo presináptico. Esta conducción se realiza, dentro de la misma neurona, de forma unidireccional. La sinapsis es el mecanismo de transferencia de información de una neurona a otra o de una neurona a una célula muscular; tiene lugar (en los vertebrados) mediante la liberación, por parte del bulbo presináptico, de vesículas que contienen neurotransmisores* hacia la hendidura sináptica, y la captación del neurotransmisor por los receptores postsinápticos (neuroceptores*), merced a la cual se desencadenará un nuevo potencial de acción. Los neurotransmisores más importantes son la acetilcolina, las catecolaminas (adrenalina, noradrenalina y dopamina) y otras monoaminas (se rotonina e histamina). El estímulo nervioso nace de la activación de una neurona receptora periférica de la sensibilidad; va transmitiéndose por las vías y circuitos correspondientes e informa al sistema nervioso central, el cual, en ocasiones, activa una respuesta que circula partiendo de la corteza motora hasta el destino periférico: la placa motora. El sistema nervioso está captando, en todo momento, multitud de estímulos de orden variado, a través de las sensibilidades táctil, dolorosa, térmica, vibratoria, de posición de los miembros, estática del cuerpo, auditiva, visual, de presión, etc. Pero no todos ellos son procesados en todo momento por las mismas vías. Así, el organismo es capaz de crear circuitos reflejos una vez ha aprendido un complejo «estímulorespuesta» que le permitan mantener una actividad cómoda. En el sistema nervioso se distinguen dos grandes sectores: el encargado de mantener las relaciones con el exterior, conocido por sistema nervioso cerebroespinal, y el que se ocupa del funcionamiento interno del organismo: el sistema nervioso vegetativo o autónomo. 
SISTEMA NERVIOSO
El sistema cerebroespinal se compone de unas estructuras centrales: el encéfalo (compuesto por cerebro, cerebelo y tronco cerebral) y la médula espinal, y de unas vías periféricas: los nervios. La actividad del sistema nervioso cerebroespinal comprende todas aquellas acciones susceptibles de ser conocidas por el cerebro. Los estímulos periféricos captados por los receptores sensitivos y sensoriales viajan hasta los ganglios raquídeos posteriores, donde se encuentra el cuerpo neuronal, ya continuación hacia la médula. En ella establecerán contacto con otras células nerviosas, cuyos axones llevarán la información al centro talámico (para que la información se haga consciente) o al cerebelo (para que dé una respuesta coordinada). En último término se produce una respuesta que informa a la corteza cerebral para que genere un estímulo motor. Éste nace en las células piramidales y desciende por los fascículos anteriores medulares. Antes de salir de la médula se produce una sinapsis con las neuronas motoras, cuyos somas se encuentran en el asta anterior medular y cuyos axones salen por las raíces raquídeas anteriores para, posteriormente, ir a formar parte de los nervios, hasta sus destinos en las placas motoras situadas sobre las fibras musculares. Cuando se buscan alteraciones en alguna posición dentro del sistema nervioso central, hay que proceder a una revisión de las funciones que del mismo dependen. Se exploran las sensibilidades: táctil (con una pluma o un algodón), dolorosa (con un objeto punzante), térmica (con dos tubos, uno conteniendo agua caliente y el otro fría), profunda consciente (movilizando alguna articulación mientras el paciente mantiene los ojos cerrados, y preguntándole sobre la posición) y vibratoria (con un diapasón). La sensibilidad puede hallarse disminuida (hipoestesia) o abolida completamente (anestesia), presentar sensaciones anómalas (disestesias), hormigueos (parestesias) o dolores injustificados (neuralgias). A continuación se explora la motricidad. Ello se hace sistemáticamente valorando los distintos grupos musculares de inervación común. La falta de motricidad (parálisis) o disminución de la fuerza (paresia) pueden deberse a lesiones con localizaciones distintas. Cuando se afecta el nervio motor periférico, se produce una parálisis fláccida (con hipotonía muscular) que se acompaña a la larga de atrofia muscular. En cambio, cuando se afecta la vía piramidal, la parálisis es espástica (hipertonía muscular). Para valorarlo se buscan los reflejos tendinosos. En el primer caso se encuentra arreflexia y, en el segundo, hiperreflexia. Según la distribución de los músculos paralizados se puede sospechar la localización de la lesión. Las afecciones de las vías centrales producen cuadros más generalizados: hemiparesias, tetraparesias, paraparesias, mientras que las lesiones de los nervios periféricos suelen desencadenar paresias o parálisis de grupos localizados. Después de explorar la motricidad y la sensibilidad, se estudia la coordinación de movimientos y el equilibrio (exploración del cerebelo) y las funciones superiores: claridad intelectual, memoria, lenguaje, orientación, etc. A continuación pueden practicarse otras técnicas exploratorias, que van desde la punción lumbar* y análisis dellíquido cefalorraquídeo, pasando por el electroencefalograma', electromiograma', o la radiología con o sin contraste, hasta las más modernas tornografla " axial computerizada (T AC) y resonancia" magnética nuclear (RMN). El sistema nervioso vegetativo o autónomo se encarga, junto con el sistema endocrinológico, del control de las funciones vegetativas: respiración, circulación, nutrición, metabolismo y reproducción. Está compuesto por estructuras que se sitúan en el interior del sistema nervioso central: los núcleos vegetativos del tronco cerebral, y por ganglios periféricos, cercanos a la columna vertebral, que es donde se producen las sinapsis entre las primeras y segundas neuronas. Además, mantiene una íntima relación con el hipotálamo, órgano rector del sistema endocrinológico. Se distinguen dos contingentes, dentro del sistema nervioso autónomo, que tienen funciones opuestas sobre las mismas estructuras. El sistema nervioso simpático produce dilatación pupilar, broncodilatación, taquicardia, hiperglucemia, enlentece el tránsito digestivo, relaja la vejiga urinaria y reduce las secreciones salivar y gastroduodenal, Por el contrario, el sistema nervioso para simpático, representado por el X par craneal, neumogástrico o vago, produce constricción pupilar (miosis), secreción lacrimal y salivar, broncoconstricción, bradicardia, acelera el tránsito digestivo y favorece las evacuaciones gástrica y urinaria y la secreción gastroduodenal. El sistema nervioso simpático es el más importante para afrontar las situaciones de tensión, estrés y esfuerzo, mientras que el parasimpático es el responsable de la recuperación energética y del reposo. La patología del sistema nervioso es extraordinariamente arnplia. Las lesiones más frecuentes son las derivadas de anomalías vasculares (accidentes vasculares cerebrales), los cuadros cerebrales irritativos (epilepsia), los trastornos postraumáticos, los cuadros infecciosos víricos o bacterianos (encefalitis, mielitis, meningitis), los procesos toxicoi nflamatorios (encefalopatías, polineuritis, multineuritis) y las enfermedades degenerativas. Las enfermedades neoplásicas son también frecuentes.
